lunes, 13 de febrero de 2012

Soledad

La soledad era una compañía, era su compañía la mayor parte de sus días. No estaba sola en el mundo, había personas junto a las cuales transcurrían sus días, personas con la cuales compartía horas de trabajo y cumpleaños, con las cuales conversar y disfrutar del cine, el teatro, etc. Pero esas personas tenían vidas, amigos, parejas, hijos... No es que no tuviera amigos, a veces creía tenerlos... pero otras no. No es que las demás personas fueran el problema, o tal vez si, quién sabe. Sucedía que nada le parecía real, las palabras los gestos, los veía carentes de sentido, falsos, una simple ilusión para un ingenuo corazón...
La cuestión era que pasados los momentos ocasionales de alegría y compañía humana, todo quedaba en soledad. Las risas y las palabras de desvanecían en el aire, se evaporaban como gotas de agua dulce en un desierto... No había nadie que sonriera cuando llegará a casa, nadie que enviará flores o que abracé cuando el mudo se volvía un lugar oscuro...En esos momentos ella estaba a su lado: la soledad, su dulce compañía. En las noches de invierno y las de verano, ella dormía a su lado. extendiendo su mano podía acariciarla recostada en su cama.
Su presencia llenaba todo, pero nadie lo notaba.  Ella seguía sonriendo, siempre sonreía. En las bodas, en las fiestas, en los velorios, la soledad era su compañía. Nadie veía esa compañía a su lado, o a nadie parecía importarle; a ella no le importaba, o eso hacía creer a los demás. Su sonrisa encandilaba de una forma tal que nadie veía que sus ojos no brillaban, nadie notaba que la soledad la mataba...

3 comentarios:

  1. Hermosas palabras que viajan con el alma

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  2. La soledad es mi nemesis y prefiero no hablar de ella.
    Yo tengo una soledad acompañada y es la peor de todas,tal vez...

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  3. me siento identificada con esto..me gusta lo qu escribis amiga..y x fin puedo comentar!!

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