Eres, aquello que mis labios
no se animan a pronunciar.
Esa rosa que me clava sus espinas
cuando me acaricia con su perfume.
Eres, la pena de mi corazón
y la melancolía
que embriaga mi alma
Eres lo imposible,
aquello que me hierve la sangre
a la vez que hiela el
corazón…
Eres, un poco pasado
un poco presente;
eres una presencia ausente
que me tortura en silencio.
Eres un eco lejano,
un grito no dado