martes, 10 de enero de 2012

Promesa (2004)

Cuando no haya mañanas de sol,
cuando el frío se trague mi voz;
cuando no sienta diferencia entre el frío y el calor;
cuando el mundo se apague y el amor se acabe;
cuando las estrellas estallen y el sol se apague,
aún ahí te amaré y a tu lado estaré.
Cuando las rosas se marchiten, porque la bruma las mate;
cuando el tiempo se detenga y ya no tenga tus palabras;
siempre tu mirada en mi alma estará guardada.
Cuando mi piel se congele a causa de la gente,
cuando en  mi mente se escuche el eco de la muerte;
de tus labios saldrán melodías que recuperen mi mente.
Cuando todo mi mundo se reduzca a una cama,
cuando la soledad invada mi alma;
cuando la vida se esfume de mí, como un perfume;
cuando no quede más que una ventana;
recordaré los momentos en que te besé,
para olvidar que la muerte viene a llevarme.
Cuando ella venga por mi, amor;
cuando me lleve más allá del mar,
cuando no te tenga más a mi lado;
recuerda, amor, que siempre,
aunque no esté presente, te amaré.
Cuando pienses en mí, cariño
renaceré y a la muerte derrotaré;
porque te amo y te amaré,
y ni después de mi muerte
podré dejarte de querer...