miércoles, 30 de noviembre de 2011

La ventana

Horas, meses, años… tanto tiempo observando su reflejo en el cristal. Viendo pasar las estaciones, viendo llegar y partir las golondrinas. Sintiendo como uno a uno sus suspiros partían, llevándose con ellos los latidos de su corazón. Corazón que envejecía y moría en la soledad de la nostalgia, de los veranos perdidos que no regresarán…
No podía olvidar esa tarde en la que el cielo se volvió fuego, en la que el reloj se detuvo. No podía olvidar la figura de un hombre partiendo al atardecer, llevándose su vida…
Al principió recibía cartas, describiéndole paisajes, gentes y costumbres diferentes. Las palabras, las frases eran suyas, hablaban de amor y de un futuro juntos. De una familia, una casa, de niños y un perro…
Pero un día el cartero no llegó. Unos hombres extraños, desconocidos y apesadumbrados bajaron de un automóvil negro, golpearon su puerta, pronunciaron su nombre. Al ver sus uniformes y  medallas, su alma quiso huir su cuerpo era de mármol. No escuchó lo que le decían, sus ojos se concentraron en la bandera que llevaban en sus manos…
Habían pasado 20 años, y ella continuaba mirando el horizonte. Sus suspiros empañaban el cristal de la ventana, pero luego se desvanecían. Igual que día a día se desvanecían sus recuerdos…
Hace un año su alma partió a buscar, a encontrar, a fundirse con el alma de su amado. Aunque ya nadie se para junto a la ventana, igual esta continúa empañándose…

La creación

Un mundo que no tenía ni luz, ni oscuridad. Un mundo que no existía, un cielo que no se veía, un océano sin olas…
Podía ser un bosque, o un desierto. Podía haber vida, o reinar la muerte en soledad.
Todo puede ser. Todo depende de la mano creadora…
Una gota robada de un tintero, una pluma temblorosa que puede transformarse en espada. Un universo que esperaba ser descubierto…
Todo podía surgir…
 Todo anidaba secretamente en esa hoja en blanco, esperaba a la primavera y al verano que prometieron llenar de frutos. Esperaba al otoño para vestirse de oro y al invierno para poder entibiar futuras palabras con esperanza…
Una hoja en blanco que espera, que te espera